23.2.09

cadáveres exquisitos

1.

porque aquella noche entre cervezas y

nadie se sorprendió, lo más mínimo, no obstante,

la brújula marcaba dos rumbos inconclusos, y sí, desde luego, que todo era multiplicado, la risa, la ensoñación y las miradas. ojos yuxtapuestos, empáticos y lacerantes a la vez.

y un pez y una herida que se sentía viva y quién

sabe alguien que solo pienso en ti.

por ello te recuerdo que compré aquél libro, el de la portada naranja.

1 comentario:

Amapola Psicovisceral dijo...

no sabía que estbas enamorado...
me alegro si es así, pequeño ;)